Tal y como os comentamos en la última reunión, en el
segundo trimestre incorporamos ciertos cambios metodológicos fundamentados en
diversas influencias pedagógicas, pero sobre todo impregnándonos de una
corriente llamada “escuelas amables” basadas en las escuelas Reggio
Emilia (Italia) y su fundador Loris Malaguzzi.
A continuación, os dejo un resumen de nuestros principios metodológicos más importantes llevados a cabo en el aula.
- “Una
escuela amable es un territorio donde los matices de los paisajes luminosos,
cromáticos, sonoros, polisensoriales y táctiles conforman y componen el aire de
una escuela que respira armonía, tranquilidad, serenidad, agradabilidad y
mundos imaginarios que unen lo real con lo posible”.
- “Una
escuela amable es un ámbito de materiales no solo comerciales, de objetos no
estructurados, de evocaciones, que los niños y niñas disponen en combinaciones
complejas”.
- “Una
escuela amable es curiosa, viva, que quiere aprender sin tedio”.
- “Una
escuela amable es una red de tiempos donde cada momento, sin jerarquías, es un
instante educativo único (baño, comida, entrada, salida, siesta,
propuestas...)”.
- “Una
escuela amable es un recinto pequeño, acogedor, que abraza en la cotidianidad,
la bella circulación de las familias dentro de la escuela, que la sienten así
como propia. Padres, madres, abuelos y abuelas que entran en las aulas, ven,
visualizan, dialogan, permanecen, se van y vienen según sus ritmos”.
- “Una
escuela amable es un terreno del placer estético. El placer de pensar y sentir
juntos”.
- “Una
escuela amable es un abrazo donde los errores y las equivocaciones se viven en
la legitimidad amorosa del reconocimiento de las diferencias del otro”.
- “Una
escuela amable es una atmósfera pensada y agradable para los niños, las
familias y los trabajadores. Un lugar al que volver cada día con placer, en el
que la identidad de los derechos de cada persona puede encontrar acogida,
intercambio y enriquecimiento mutuo”.
“Una
escuela amable es una fiesta especial donde reír, donde divertirse y poder
transgredir lo rutinario, lo ya sabido, y la fuerza aplastante de la tradición
repetitiva sin sentido”.
Por
último, os dejo un enlace para reflexionar... En él se explica cómo el niño
tiene 100 lenguajes y los adultos le robamos 99, aquí nos lo cuentan muy bien:
¡Espero que
os haya gustado!
Un abrazo, Noelia
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