Buenos días familias!!!
Aunque hemos hablado en
numerosas ocasiones y seguimos viviendo de forma cada vez más positiva el
PERÍODO DE ADAPTACIÓN de vuestros hijos, la vuestra y como no podía ser de otro modo también la de
las educadoras, quiero dedicarle esta entrada para que podáis tener más
información sobre este período tan importante para todos.
¿Por
qué el período de adaptación conlleva ciertas dificultades para los niños?
- Asistir a la escuela no surge de la iniciativa del niño.
- Se produce una ruptura con la figura de apego.
- La educadora es una persona extraña que se convierte en cómplice del abandono.
- El espacio es cerrado, difícil de investigar.
- El encuentro con otros niños, en estas condiciones, es fuente frecuente de conflictos.
- El tiempo de separación tiene una duración prolongada y sistemática
- Deja de ser el centro de atención para los adultos cercanos.
El tiempo de adaptación no es el
mismo para todos los niños, por lo que debemos
aceptar y respetar los ritmos personales y no añadir a ese período dificultades
debidas a la aceleración o la prisa… que
como sabéis no es buena compañera.
En nuestro aula este período se ha desarrollado sin conflictos, aunque la
mayoría de vuestros hij@s han pasado por una “FASE DE PROTESTA”, reaccionando
de diferentes formas como: llantos, ansiedad ante la separación, inseguridad,
negación ante los cuidados de las educadoras, trastornos de la alimentación y
del sueño, etc.
La función de los padres y
educadores resulta fundamental en este período; pero realmente son
ellos los que tienen que superar los cambios que acontecen, deben ir
conquistando la nueva situación, independizándose de la figura de
apego. Hemos contemplado la necesidad de realizar reuniones
y entrevistas con vosotros, informando de la importancia de
vuestra función en este proceso, pues la actitud de los niños viene
determinada, en gran parte, por la manera en la que vivís la separación.
Así como nuestra actitud ha
sido de disponibilidad hacia los niños, mostrando comprensión, consuelo y
cariño, adaptándonos a sus necesidades y demandas.
Actualmente los niños están interiorizando las
rutinas que les proporcionan seguridad y a ir teniendo una “noción” del tiempo,
ya que están aprendiendo a anticipar lo que va a suceder después.
Y aunque no se puede
olvidar que el proceso de adaptación a la escuela no es lineal ni
progresivo ya que depende de los acontecimientos que se vayan produciendo
en la vida del niño, se pueden señalar, de manera general una serie de indicadores
que ponen de manifiesto la adaptación vuestros hijos a la escuela:
- Se relacionan entre ellos y con la educadora.
- Abandono de lloros, enfados o de aislamiento.
- No esperan a sus figuras de apego con ansiedad.
- Utilizan todo el espacio del aula.
- Asimila la presencia de las figuras de apego en la escuela, sin un reclamo constante de un acercamiento físico.
- Presenta conductas de deseo de ir a la escuela.
En
suma, el proceso de adaptación a la escuela es un período inevitablemente
conflictivo, pero a la vez productivamente conflictivo, siendo básico
para la socialización del niño.
Un abrazo,
Noelia Galán